Mi primera crítica. Sobre "El Viento en un violín" de Claudio Tolcachir
Dos familias matriarcales que conviven pero pertenecen
a diferentes universos sociales. Dos madres que tienen en común la
sobreprotección hacia sus hijos. Una hija y un hijo que conocen sus realidades
un poco a medias. Y una pareja de mujeres deseosas de ser madres y dispuesta a
todo (o a mucho) por lograrlo. El viento en un violín, la obra de
Claudio Tolcachir es, tal como se anuncia, una comedia feroz, y además es un
canto al amor, a las dos caras de la moneda “amor”.
A la cara del amor más poderoso y gigante, el
amor incondicional de las madres. También la cara del amor incorrompible de las
mujeres enamoradas.
Y la
otra cara de la moneda, el “vale todo” en nombre del amor. Desde algún delito,
hasta la vida de hijos construida sobre los cimientos de la mentira. El
desborde de amor. “El amor que todo lo atraviesa y todo lo permite”. Cualquier
cosa sostenida en nombre del amor.
Y así sucesivamente: una obra que como espejos
enfrentados, reproduce cada una de estas caras dobles en mil imágenes
infinitas. Las dobles caras de cada costado del amor.
De eso se trata El Viento en un violín.
Es una obra que en tono de comedia nos hace reír por una hora y media. Nos
divierte, nos emociona, tiene un ritmo excelente. Pero es mucho más. Lo más importante
es que de allí salimos pensando. Esa hora y media en la que explícitamente se
habla del amor, y sobre todo del amor universal materno, en muchas de sus
aristas y complejidades, también nos abre las puertas de la reflexión de otros
grandes temas. La sexualidad, los nuevos modelos de familia, la discriminación
en varias facetas. Y además el gran tema de esta época, el tema que atraviesa
todos los temas: el de las clases sociales y el poder perverso del “vil metal”.
Pero aquí el amor vuelve al centro de la escena, y tiene en ese sentido un
final feliz: es incorruptible.
Ningún espectador puede salir inmune, ni
hacerse el distraído, todos en algún punto salimos de la sala tocados: como
madres y/o como hijo/as; en alguna parte de nuestro ser vamos a ver en escena
un pequeño reflejo de nuestra psiquis, y conscientes o no vamos a salir de allí
pensándonos.
Publicada el 17 de marzo de 2015 en http://www.revistaanfibia.com/desborde-de-amor/
Comentarios
Publicar un comentario