"La Gota Gorda" Primer Festival de Clown NEA - Entrevista a Marianela Iglesia

Con dos días de programación, el Primer Festival de Clown del NEA abre sus puertas el próximo viernes 22 con dos propuestas en el Teatro Flotante, para público infantil y para el público joven. A las 17 sube a escena “Se plantó”, que es una obra de Vanesa Ruiz, y a las 19 “Adiós terrícolas”, con dirección de Cristian Velázquez y la actuación de Patricia y Lupe.

El sábado 23 hay una propuesta llamada “La gota gorda recorre”, que tiene la particularidad de que son funciones que se realizan por fuera de las salas. En el patio de la iglesia de Santa Ana de los Guácaras, a las 10.30 estará “El propietario”, que es del grupo “Juntos y coquetos” de Resistencia, y en el Barrio Juan XIII a las 16.30 va a estar “Escuchame una cosita” es de un grupo que proviene de Misiones.

En el Teatro de la Ciudad a las 18.30 podrá verse “El viaje de Cirulo” de la compañía Fantoche Violeta que viene de Quilmes, con títeres y teatro, y a las 21.30 “Salto al vacío” con el elenco de Formosa de Maru Guiot, luego de lo cual está previsto el cierre. Comprimido pero intenso.

Las entradas ya están a la venta, por Mercado Pago o en el Instagram lagotagorda_clown y en mapateatral.com

Marianela Iglesia, una de las gestoras del proyecto, nos cuenta que antes de la pandemia tuvieron algunas reuniones con varios payasos de la región, como Maru Guiot que es española pero estaba radicada en Formosa, Vanesa Ruiz, referente del clown en Chaco y con Cristian Velázquez que era payamédico, actor y también payaso de Corrientes, a quien despidieron con tristeza en enero. Las reuniones se sucedieron, siempre con el deseo de hacer un festival que los uniera y que tuviera una propuesta del surgimiento del payaso de la zona.

“Después nos agarró la pandemia y Cris tuvo que sortear una enfermedad bastante dura, y ahora (porque a los payasos y las payasas siempre nos gusta pensar las cosas imposibles) decidimos hacerlo este año un poco en homenaje a él y porque en estas fechas estamos todos acá” dice.

—¿Qué es el clown?

—El clown es muchas cosas: es un arte popular antiquísimo, y también es un lenguaje escénico que se fue estilizando para hacerlo en el teatro o dentro de un escenario. Trabaja desde el humor y también desde el conectar con el espectador desde otro lugar, rompiendo esa cuarta pared que se usa en el teatro más realista. El clown se comunica mucho con la mirada, los apartes y los comentarios hacia el público, se tiene todo el tiempo al público como otro compañero de escena.

—La mirada del clown al público es clave, ¿por qué?

—Es clave porque todo lo que le pasa al clown lo comparte con ese espectador como si fuese uno más de los que están compartiendo con él la escena. Aparte el clown no sale a representar un papel sino que sale a ser él o el payaso, que es lo mismo. Entonces hay una construcción de la escena que se realiza con el espectador o espectadora, depende mucho de este vínculo. Hay algunos que piensan que la comunicación es dudosa, que no se puede comprobar, pero sí hay una conexión, un presente que une y que según ese intercambio y lo que el otro le da, sucede determinada cosa. No quiere decir que sea improvisado, pero sí que depende en gran medida de esa mirada y de tener al espectador ahí en esta relación.

—¿Y con los niños hay más frescura en esa conexión?

—Con el público de las niñeces o adolescencias, por ahí se trabaja el concepto de “verdad”, a mí me gusta más pensarlo como de “valor”, de lo que es valioso en ese encuentro, y es que hay algo de lo que uno no puede escapar que es lo que sucede ahí en este instante. Justamente lo que uno está tratando todo el tiempo es de atraer la atención, de traer a este juego a los espectadores, y con los niños es muy evidente cuando desconectan, o no les interesa. Entonces hay una relación bastante auténtica con los niños, tal vez más que con el público adulto.

—Al momento de crear un espectáculo, ¿se tiene en cuenta al público a quien irá dirigido o eso aparece después?

—Eso depende mucho de cada proceso creativo y cada hacedor o grupo. Me parece que varios de nosotres pensamos desde el inicio a qué público va a estar dirigido, porque si bien puede ser para toda la familia hay inconscientemente alguien para quien uno está creando ese espectáculo. Para mí hay que tener en cuenta ese otro, aunque sea más o menos en la edad, o también en qué espacios va a circular el espectáculo, no es lo mismo si es en un espacio abierto, en la calle, que en una sala. Inciden mucho la cuestión estética inclusive y poética de un espectáculo, en ese sentido, el espectador empieza a jugar esa relevancia desde el inicio de una obra.

—¿Cuál es el límite de la improvisación en el momento del espectáculo?

—Hay una médula que sostiene la estructura cardinal -se dice en dramaturgia-. Hay una estructura que sí o sí sucede en la historia que se cuenta, de eso no nos vamos a ir porque sino pierde todo el hilo y la potencia de lo que venimos a contar o a representar. Pero después hay márgenes en los que se puede jugar, con esto de “el otro se rió”, “me devolvió un interés” y yo me voy un poquito a la banquina y después retomó esa estructura o esta médula espinal que es el eje del espectáculo.

—Esto es regional, eso es muy valorado, ¿cómo se trabaja el tono local o regional en el humor?

—El festival surge con el espíritu de que vaya rotando las sedes en las diferentes provincias cada año. Este año en Corrientes somos los anfitriones, también acá está Sol Junquera Ramos que era la compañera de Cristian Velázquez. Las dramaturgias surgen por lo general de las improvisaciones y de lo que se va jugando en escena, y de ahí se escribe y se reescribe, el humor es muy propio de cada grupo y de cada lugar del que viene.

—¿Cuál es la función de la nariz en el clown?

—La nariz se trabaja como una máscara. Es una máscara como las de Commedia dell’arte, solamente que quedó ese puntito rojo, es como si fuese que desde ahí es desde donde mira la payasa, desde donde se mira al mundo, a los otros, a sí mismos y a lo que nos rodea. Es un poco el trabajo desde donde parte todo el resto: el traje que se pone. Puede usarla o no, pero hay como una dirección, como si yo mirará desde la nariz, entonces no miro de reojo sino que tengo que doblar mi cara y buscar al otro, y todo mi cuerpo se va detrás de esa nariz. Esa es la intencionalidad que tiene la nariz.

Entrevista realizada por Natalia Schejter y Carlos Lezcano en Radio UNNE y publicada en el Diario El Litoral

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